Fausto en Cusco

Todo ser humano va en busca de la felicidad y parece existir gente que al alcanzar dicha felicidad aun tienen un sabor de insatisfacción, Fausto es uno de ellos.

Johann Wolfgang von Goethe célebre escritor es el autor de Fausto que el actor nacional Edgar Guillen interpretará en tres funciones en la ciudad imperial, el itinerario dramático empieza hoy a las 19:00 hrs. en la Pinacoteca del Convento de Santo Domingo – Qorikancha, el ingreso es libre; mañana sábado 16 la puesta en escena será en el Auditorio del Instituto Peruano Norteamericano también a las 19:00 hrs., la entrada será de S/. 5.00 nuevos soles; finalizando Fausto será montado gratuitamente por Guillen en el Fallen Angel de la Plazoleta Nazarenas el domingo 17 a las 23:00 hrs.

El nombre de Edgar Guillen últimamente quizá no haya sido tan mentado en los circuitos teatrales del país, ya que desde hace 15 años, el actor realiza sus funciones en su propia casa, la que alguna vez fue tildada como “El Teatro más pequeño del mundo” por el periodista Christian Vallejo. Es allí donde cada fin de semana acoge a los que quieran verlo, en aquel espacio donde hace 7 años estrenó Fausto, de Goethe, que lo atrapó hasta ahora.

La gente va a verlo porque la entrada es libre, pero al sentir la calidad y maestría de su puesta en escena se rinden ante el sombrero que después de cada función Guillén hace circular entre el público, al mismo estilo del teatro popular y callejero desde la Edad Media.

Para Guillén no es simplemente el aislarse de los teatros, butacas y cantidad de espectadores sino mas bien, es un intento personal de desacralizar su espacio vital, como es su casa también, por qué no, desacralizar el teatro y además, claro está, es el lugar donde se siente más cómodo en el mundo.

Edgar Guillen lleva ya cuarenta y seis años ininterrumpidos en el teatro, ha llevado su arte por diversas ciudades de Europa y América Latina lo que le ha permitido fortalecer su amor por el teatro, ha actuado y dirigido numerosas obras, y hoy trae al Cusco, Fausto, a ver si aún seguimos creyendo en la felicidad.